“¡Soy testimonio viviente de que este programa para dejar el tabaco funciona! ¿Cómo hice para dejarlo de una vez por todas? Después de tratar de dejarlo un millón de veces, llamé a Quitline y utilicé sus servicios. A través de los asesores, aprendí cómo desarmar la mentalidad del cigarro y responder de manera diferente cuando se me antojaba fumar. Empecé a ver las justificaciones y mentiras dañinas que me estaba diciendo a mí misma y que seguían haciendo que consumiera tabaco una y otra vez. Una de las mentiras más grandes que me decía era: ‘Puedo fumar solo uno’. Los asesores también me ayudaron a descubrir que una recaída es solo una recaída. No tenía que ser prueba del fracaso y una excusa para darme por vencida y comprar más cigarros y regresar a mi adicción con la cabeza agachada. Tener una recaída no significaba que debía dejar de intentar por miedo a fracasar. Quitline me dio esperanza.   El apoyo de los asesores me ayudó a reunir la energía para luchar contra esta adicción, lidiar con la incomodidad de la abstinencia sin agarrar un cigarro y liberarme para vivir una vida sana. ¡Ya pasaron cuatro años!”